20.9.11

EL ARTE COMO LA GUERRA

-->
(revisando antiguos escritos encontré este de hace unos cuantos años. Lo pongo acá porque todavía me siento identificado en el)


*****


En el arte, como en la guerra, se debe ser claro. Para decirlo de una forma simple y concisa, el pensar un final para nuestras acciones implica, por consecuencia natural, proyectar un camino definido. Claro está que siempre habrá ocasiones donde nuestros pasos deban posarse sobre terreno desconocido y enfrentarse a posibles incomodidades. El asunto radica en cómo enfrentamos todo lo posible desde nuestras limitaciones o desde nuestras decisiones. La creación es también apego.


En el arte, como en la guerra, el lugar del ser humano se define por sus propias formas. La forma, en cualquiera de los casos donde se le encuentre, tiene la gran misión de trasmitir el por qué y los para que. Conocemos, vemos, re-conocemos, nos apropiamos fundamentalmente de la forma. El ser humano lo definimos por sus maneras, por sus formas. Un enemigo desdeña nuestras formas, porque están cargadas, ya no solo de resistencia, sino de un algo distinto. Es aquí cuando preguntamos, cuando el camino comienza, y la búsqueda se hace imperiosa, porque se hace imperioso dejar solo de recibir los golpes. Al fin y al cabo el cuerpo es el cuerpo y la carne es solo carne. Es aquí que debemos, en el arte como en la guerra, encontrar nuestra forma, es cuando nuestras maneras requieren un abrazo y defensa. La búsqueda debe ser de verdad. Honesta. Una sola pregunta. ¿Si toda la vida solo buscamos y buscamos, o mejor dicho, toda la vida caminamos y caminamos, habrá algo que podamos defender? Parece que para golpear las caras infestas se requiere juntar fuerza y tener un punto de apoyo. La física tradicional podría decir algo sobre el asunto. Lo que a nosotros respecta, una vez alguien puso en un libro algo así como “la tradición del cambio”. Imagínense. Por lo menos nos hace pensar en la verdadera implicancia de un verdadero cambio. ¿Acaso no sería bueno quedarse quieto? Y no decimos que no se deba buscar más, como ya dijimos, el asunto radica en como enfrentamos todo lo posible desde nuestras limitaciones o desde nuestras decisiones. Pero lo mas seguro es que ellos no quieran que defendamos algo. Somos un lugar común y corriente. Es hacerles daño, desde nuestra forma y lo mejor de todo desde nuestro lugar, que jamás nadie nos ha regalado. He ahí la importancia de la búsqueda, he ahí también la importancia de la defensa, y he ahí la potencia de nuestros ataques. De ser dueños de algo, solo nos queda la propiedad certera de nuestras decisiones, de nuestras formas.